A MI HIJO

jueves, 2 de junio de 2011

EL CAUTIVO

Jorge Luis Borges

      En Junin o en Tapalquè refieren la historia. Un chico desaparecio despues de un malòn, se dijo que lo habian robado los indios.Sus padres lo buscaron inutilmente; al cabo de los años, un soldado que venÌa de tierra adentro les hablo de un niño de ojos celestes que bien podia ser su hijo. Dieron al fin con èl (las cronicas han perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sè) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bàrbra, ya no sabìa oir las palabras de la lengua natal, pero se dejo conducir, indiferente y docil, hasta la casa. Ahì se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieeron. Mirò la puerta,como sin entenderla. De pronto bajò la cabeza, gritò, atravezò corriendo el zaguàn y los dos largos patios y se meti`en la cocina. Sin vacilar, hundiò el brazo en la ennegrecida campana y sacò un cuchillito de mango de ast que habìa escondido ahì, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegria y los padres lloraron porque habìan encontrado al hjo.
     Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podìa vivir entre paredes y un dia fue a buscar su desierto. Yo querìa saber que sintiò en aquel instante devèrtigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo querìa saber si el hijo perdido renaciò y muriò en aquel èxtasis o si alcanzò a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales